Sabor a nada es lo que dejó la reunión pública con
representantes de ABSA, quienes debían responder a las inquietudes respecto al
deficiente servicio en Chivilcoy, tanto en calidad como en cantidad y con la
amenaza de corte ante el no pago de las exorbitantes boletas que están
llegando, en sintonía con el vendaval de tarifazos.
Durante la reunión, lamentablemente con poca representación
vecinal, que son los que empujan las decisiones políticas, hubo acusaciones,
preguntas, afirmaciones, reclamos y hasta chicanas políticas.
ABSA no respondió nunca de manera directa, tan sólo se
limitó a replicar partes de prensa, comunicados publicados con anterioridad y
declaraciones en ocasión de la fugaz visita de la gobernadora María Eugenia
Vidal en enero del año pasado, a inaugurar obras y el pintado nuevo de la
cisterna ubicada en el polideportivo municipal.
Se habló de proyectos y mejoras del nuevo anillado, el
cambio de viejas cañerías, la planta de ósmosis inversa que se va a concretar
en el “segundo semestre” del año y que “va a mejorar la calidad del agua, más
de lo que ya está porque nuestros análisis dan que el agua es potable”. Luego:
“tomamos nota y vamos a responder a su tiempo”, en quince días, según dijeron.
La desazón y la bronca aplacada se notaba en todo momento, las
optimistas afirmaciones de los representantes de la firma, contrastaban con la
realidad que expresaban tanto vecinos como funcionarios y concejales: el agua
está contaminada con arsénico, en muchos barrios la presión es mínima y en
otros, directamente no hay.
En una de las audiencias de integrantes de la Mesa
Socioambiental de Chivilcoy con funcionarios de ABSA el año pasado en Mercedes,
ya la empresa se había comprometido a construir una planta con este sistema
(con una inversión de 32 millones de pesos). Los vecinos habían expresado su
desacuerdo, debido a la necesaria posterior de “remineralización” para que el
agua sea potable, tal como lo explicó el bioquímico e investigador del CONICET,
Mauricio De Marzi. Este detalle, por supuesto, no lo mencionaron los
funcionarios de ABSA al hacer el anuncio de la obra.
El dato bueno, es que finalmente los concejales e
integrantes del Departamento Ejecutivo se pusieran los pantalones largos, aunque
se demoraron algunos años en reaccionar, si tomamos en cuenta el tiempo del
trabajo constante de los vecinos, más de 10 años y que lograron un fallo de la
justicia a favor el año pasado, que obliga a la empresa a proveer de agua
envasada a los demandantes, ratificado el pasado jueves por la Cámara de
Casación de San Martín que no hizo lugar a la apelación de ABSA. La intención es que el fallo sea colectivo, es
decir, que favorezca a todos los habitantes de la ciudad.
Años de trabajo y concientización en la que las autoridades
municipales, o negaron que en Chivilcoy haya arsénico como lo dijo, hace varios
años en conferencia de prensa una directora de Calidad Alimentaria, Zoonosis y
Medio Ambiente, o al calificar el reclamo y las marchas de protesta como
“político en busca de votos”, sólo porque algunos de sus integrantes militaron
en espacios partidarios en las últimas elecciones, como si las demandas
sociales en pos de los derechos de las personas y en contradicción con el poder
de las empresas no fueran una postura política.
Lo que se espera entonces es que, con esta preocupación
vecinal, más la presión del gobierno municipal y de los concejales, se logre el
objetivo de torcer el brazo a ABSA, más allá de las respuestas que prometió y
que se consiga la tan ansiada calidad del agua potable, como en la ciudad de 9
de Julio, en la que se movilizó toda la comunidad de esa ciudad. Que no sea
como dijeron unos vecinos escépticos con todo derecho: “siempre hablamos sobre
lo mismo, esperemos que esta reunión marque un precedente y no sea una de las
tantas que hubo, porque los vecinos vamos, pagamos y nos están tomando el
pelo”.
Marcos C. Isla Burcez.
Marcos C. Isla Burcez.
Con sed de respuestas
Revisado por
Marcos
en
4:33 p.m.
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