Nunca más atinada la frase “las imágenes hablan por sí
mismas”, al ver el trabajo fotográfico y periodístico de Pablo Piovano “Elcosto humano de los agrotóxicos”, que se inauguró el sábado 27 de agosto en la
Fotogalería 22 del Museo de Artes Plásticas “Pompeo Boggio”.
Imágenes de dolor, sufrimiento, desolación es lo que
inevitablemente se puede describir al ver las fotos sacadas por el periodista
en ciudades agrarias de Chaco, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe. Imágenes que
llevan a rememorar los genocidios más grandes del mundo, de la mano de la
impune industria de los agrotóxicos en connivencia con los gobiernos que
también hacen la vista gorda ante esta masacre encubierta de legalidad.
Es un trabajo que viene de mostrarse en Europa y en
escenarios artísticos como el Palais de Glace, en Buenos Aires.
Las fotos
“Fueron tres viajes, donde recorrí aproximadamente 15 mil
kilómetros, haciendo foco en las provincias de Chaco, Entre Ríos, Misiones y
Santa Fe, toda la pampa, el litoral y el centro de la provincia. Ahí está a la
vista, todo lo que yo puedo decir, colgado en las paredes”, señaló Piovano en
una entrevista.
“Hay mucha información, investigaciones médicas y científicas
que demuestran el impacto medio ambiental y humano que trae este nuevo método
de cultivos. Este agronegocio que pone en riesgo la salud de las próximas
generaciones”.
El periodista empezó a trabajar el tema a raíz de
informaciones de la Red Universitaria de Médicos de Pueblos Fumigados, que son
profesionales que atendían a personas que les llegaban a sus salitas. “Empezó
en 2001 y las casuísticas empezaron a repetirse. Luego, con el tiempo empezaron
a identificar por dónde venía el problema, a organizarse y hacer una red que
nuclea a muchos médicos y científicos”.
“Oficiaron de voceros –enfatizó- hicieron lo que no hicieron
los medios concentrados ya que hay una complicidad muy grave en la prensa
hegemónica porque reciben mucho dinero”.
También aclaró que no es el único trabajo periodístico y
fotográfico que hay sobre este tema, entre ellos la cadena internacional de
noticias Al Jazeera, el español Alvaro Ybarra Zabala entre muchos otros. “Me
vinculé a científicos y biólogos que trabajaban en las casuísticas de las
enfermedades producidas por los agrotóxicos”.
Piovano consideró que este trabajo periodístico es una
colaboración para ser visible esta situación y que quizá, con el tiempo,
signifique algo en qué pensar respecto a nuestro derecho a la alimentación, a
la salud y a la libertad.
Dolor y sufrimiento
El periodista expresó que todo el tiempo, el trabajo que se
expone en la Fotogalería 22 está atravesado por la imagen de las víctimas. “Debo
estar frente al dolor del otro, conversé con madres que tienen a sus hijos
postrados y ponen toda su vida a su cuidado, algo tan sagrado”.
“No sé lo que es tener un hijo postrado –agregó-, pero
seguramente debe ser muy duro. La relación que tuve con estas familias fue muy
fluida, tenían esa necesidad de ser narrados y yo de narrar al mismo tiempo.
Creo que estaban esperando a que alguien
se llegue para contarlos a ver su
tragedia de estas personas que no son pocas las que están sufriendo”.
En este punto, Piovano dijo que son 13 millones de personas
las que están afectadas directamente por los agroquímicos, tal vez no en
relación directa manipulándolos, pero sí en la mesa cotidiana. “Un avión
aplicador puede llegar a 32 kilómetros y recientemente se ha descubierto que el
Río Luján, afluente del Paraná uno de los ríos más grandes de América Latina,
tenía glifosato, entonces las aguas también están contaminadas”.
Asimismo, el fotógrafo aclaró que muchas personas de las que
se pueden ver en la muestra, recibían asistencia médica, pero remarcó que el
problema es otro. “Lo que está en el centro de la discusión es la soberanía
alimenticia del país, de la región y tal vez de mundo”.
“Hay lugares donde hay una conciencia más madura respecto a
este tema, pero en los pueblos donde estuve hay víctimas solitarias, aisladas y
que muchas veces, que levanten su voz es para ponerse en contra de su vecino
que se está enriqueciendo. Es muy complejo, creo que amerita estudios
académicos sobre las relaciones sociales que se establecen en los campos, por
ejemplo en las zonas donde se cultivan la soja, el maíz donde se cultivan los
alimentos transgénicos”, señaló.
Reacciones
Finalmente, Pablo Piovano expresó que no hubo reacciones
ante el trabajo fotogáfico “El costo humano de los agrotóxicos”, de hecho, afirmó, recién ahora está empezando a
tener entidad. “Exposiciones como en el Palais de Glace y las redes sociales
hicieron un trabajo de comunicación muy fuerte. También tuvo una recepción
bastante contundente en Europa, incluso más acelerada que acá, que es donde
tenemos el problema”.
Nota periodística: Ximena Aráoz y Marcos C. Isla Burcez
Fotografías: Leonardo Cosimano
Pablo Piovano: “somos cuerpos de experimentación”
Revisado por
Marcos
en
4:41 p.m.
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