Nombramos a nuestras muertas porque nos queremos vivas

El mal tiempo imperante desde la mañana. El viento. El frío. El paso de las horas y la lluvia que no cesó. Las ganas de gritar. De abrazarnos. La necesidad de poner el cuerpo, tantas veces objetivado, maltratado, invisibilizado. La urgencia. Las consignas colectivas. Los carteles. El sabernos juntas en las diferencias. Juntas en el grito unánime de #VivasNosQueremos. La certeza de que nos queremos vivas y también insumisas, entramadas, revolucionadas, organizadas en la heterogeneidad.

 La necesidad imperiosa de nombrar a nuestras muertas. Diecinueve en lo que va del mes de octubre. Cifra que conmociona, ahoga, enfurece, moviliza. Mujeres muertas en manos de varones que las consideran de su propiedad. Varones que creen, pueden hacer  fetiches de nuestros cuerpos. El acompañamiento de los otros varones, los que se quedan en silencio a nuestro lado. Los que confían y caminan junto a nosotras.
Instantánea de la marcha de Dai Ledesma

Una vez más, las mujeres dijimos basta. Basta porque nos duele en el cuerpo cada vida asesinada en manos del patriarcado. Basta porque entendemos que debemos transformar la furia en acción. Basta de seguir permitiendo a los medios de comunicación hegemónicos que hagan un culto de la pedagogía criminal e invisibilicen nuestras luchas, nuestros logros, nuestros reclamos.

Basta, además, porque las mujeres somos las más perjudicadas en este contexto de ajuste, achicamiento y vaciamiento del Estado macrista, símbolo del neoliberalismo patriarcal. Basta porque la pobreza nos atraviesa, nos acorrala, nos limita y coarta nuestra libertad de decidir.
 Por eso, decimos basta todas juntas, amontonadas, revueltas, diversas y celebramos la fortaleza que nos da esta trama inacabable, fuerte, luminosa.

Las mujeres no nos callamos más. Durante la marcha entrevisté a varias compañeras que se emocionaron, expresaron su dolor, su rabia y esa potencia transformadora que cada una tiene cuando se entrelaza con una par. El poder colectivo. Lo maravilloso que generamos si nos enfocamos, nos organizamos y diseñamos estrategias juntas.
Foto de Dai Ledesma


Nuestras voces

Sofía repudió la violencia machista, “desde los femicidios más crueles como el de Lucía Pérez, hasta la violencia diaria, psicológica, los acosos callejeros que suelen terminar en violaciones. Esta es una lucha conjunta”. Por eso, “estamos rodeadas de compañeras de todas las agrupaciones, poniendo el cuerpo. Pedimos por el aborto legal, que es otro de los femicidios ocasionados por la desidia del Estado.” Además, “la discriminación y el odio a las comunidades trans, lésbicas, gays”.

“Estamos cansadas de que nos maten”, enunció muy conmocionada Sandra, integrante del espacio de Género de Patria Grande. “Esto se tiene que terminar, tenemos que salir todas a la calle. Los abusadores y violadores no tienen que salir de las cárceles, las penas tienen que ser más duras. Las mujeres queremos caminar libres por las calles de la ciudad”, sostuvo.

Por su parte, Carolina, psicóloga, hizo hincapié en que la sociedad está atravesada “todo el tiempo por la violencia de género”. También, “como mujer sufro las consecuencias de la cultura patriarcal”. En tanto, Lorenza manifestó que “todas las mujeres tenemos derecho a estar vivas, sanas y libres”. Mientras, Melina remarcó la importancia de “la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”.

“Estamos hermanadas en este reclamo continuo, porque vivas, organizadas y en rabia nos queremos y nos debemos”, dijo,  casi en un grito, Daniela, docente, militante de los derechos de la mujer desde hace muchos años. “Las calles son nuestras y salimos una vez más a luchar por este cambio cultural que nos debemos. Desde las casas, los barrios, desde la escuela. La escuela pública debe cumplir un rol fundamental. Sin embargo hoy, como docente, debo denunciar que hubo una absoluta indiferencia”,  remarcó.

“Nada justifica la violencia”, exclamó Sofía. “Nada justifica que el sistema nos saque los derechos desde el día que nacemos siendo mujeres. La libertad de salir a la calle. El poder vestirnos como queremos. Creo que ningún hombre piensa, cuando se para adelante del espejo, qué se va a poner y es terrible que nosotras tengamos que pensar qué ropa usar, por dónde caminar, a qué hora salir por miedo”.

Alejandra, abogada, reivindicó la lucha de las mujeres y se enfocó en la importancia de que “se aplique la legislación en nuestro país, haya presupuesto para que se pueda instrumentar y dejen de cerrar oficinas”. Asimismo, manifestó su preocupación por el dictamen que el Gobierno obtuvo en el Congreso de un proyecto de modificación del Ministerio Público Fiscal que elimina la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), única en el país dedicada a la investigación de femicidios.

Por último, Laura hizo un llamamiento para que “las mujeres que se sientan violentadas de algún modo” sepan que hay muchas mujeres luchando para visibilizar todos los tipos de violencia, que se sale pidiendo ayuda y siempre es posible transformar nuestra vida para vivirla libre de violencias.



Claudia Marengo
Nombramos a nuestras muertas porque nos queremos vivas Nombramos a nuestras muertas porque nos queremos vivas Revisado por Marcos en 12:40 a.m. Rating: 5
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